viernes, 25 de mayo de 2012

La Rosa púrpura del Cairo

Woody Allen ha hecho la única película que me hace sentirme retratado en pantalla. La rosa púrpura del Cairo esa historia donde Cecilia, una cinéfila, se ve en un enredo amoroso cuando el personaje principal de una de sus películas favoritas sale de la pantalla.


Y es que ese sentimiento de entrar a una realidad diferente, mágica, donde todo pasa, donde tus problemas se esfuman como si flotaras en un sueño. El cine como ventana de la imaginación humana.


Mia Farrow, quien interpreta a Cecilia, entrega una apasionada y triste actuación, donde su personaje vive desolado, pues su marido es alchólico y jugador, además la golpea y su único refugio es el cine, su fortaleza de imágenes.

Pero cuando acaba la función, ese mundo mágico se esfuma y tenemos que regresar a la realidad, a esa dureza tangible que nos mantiene arraigados y nos corta las alas para volar.

Cecilia se queda al final llorando en el cine, viendo una película, refugiandose, sin pensar en nada más.


La Tempestad

La Tempestad de William Shakespeare es una de esas obras clásicas que uno no puede perderse por toda la reflexión universal que hace tanto de dentro como fuera del foro teatral.

Observar al emblemático actor Ignacio López Tarso (Macario) encarnar a Próspero, el desterrado duque de Milán es un deleite visual. Su atronadora voz, sus movimientos y su fortaleza mental, requeridas para desarrollar un personaje tan complejo y calculador.

Inicia la tempestad, desatada por Ariel, ese espiritu de aire y agua, la vida, la magia. Los enemigos de Próspero naufragan en la isla que le pertenece en su exilio; entre ellos su hermano traidor y el Rey de Nápoles, su adversario más acerrimo, quienes le arrebataron su titulo y lo lanzaron al olvido junto con su bella hija Miranda.

El hijo del rey ha sobrevivido al naufragio. Ariel lo conduce hasta el antiguo duque de Milán, este mostrando su osadía real es castigado con duras tareas para ganarse respeto como futuro gobernante. Miranda lo ve, lo admira, se deleita ante ese principe parecido a un sol; lo ayuda, lo alienta, mientras ambos se enamoran, un ser vil azorado por los malos tratos y su miseria acecha.

El esclavo de la sabiduria se rebela en medio de los planes de venganza de Próspero. La venganza se convierte en motivo de acción, pero ninguna se lleva a cabo, pues el perdón llega antes y la tempestad se calma.

La adaptación de Shakespeare que se presenta en el teatro López Tarso en el Centro Cultural San Ángel, es una adaptación con más comedia que magia, circunscrita en una puesta en escena digerible, no pretenciosa.

Sin embargo, al lado de las película The Tempest de Julie Taymor, se vuelve en una simple anécdota que se esfuma igual que los personajes al caer el telón al ritmo de los aplausos.




Adiós Porfirio...

Porfirio Díaz Mori, el "buen dictador", ese hombre que con su xenofilia tanto construía palacios Art Deco para poner al país a la vanguardia como ofrecía los recursos del país a las empresas rapaces de los extranjeros. Ese hombre que extendía las líneas del telegrafo y el ferrocarril pero que con sus haciendas explotaba como bestias a los obreros e indigenas.



El caudillo que más ha durado en el poder, ese hombre barbado, oaxaqueño, enamorado de su prima, amigo-enemigo del gestador de las reformas, Benito Juárez. El "presidente" de la pompa, de la ostentidad, del "orgullo mexicano".

Esa figura máxima que es evocada con añorancia por la población mexicana identificada (educada) con la fuerza brutal y arbitraria con la cual mantenía "la paz social".

Díaz el que gobernó por más de 30 años, la imagen de un país contradictorio, de la casta imperiosa de los políticos de siempre.

A mediados de 1910, en plena "apertura" para ocupar la silla presidencial, el "buen dictador" quería reelegirse, pero Francisco I. Madero, un burgés que deseaba ocupar el poder Ejecutiva se levantaba en armas con el Plan de San Luis e iniciaría una Revolución que seguiría más allá de la simple caida del dictador.

Aquí su despedida....


La primavera mexicana


"Me gustan los estudiantes", así se llama la canción de Violeta Parra sobre ese grupo social lleno de energía con ganas de cambio, de mejorar el mundo.


El metro de la Línea rosa va más lleno que de costumbre. No sólo son los cuerpos juveniles que parados o sentados, con pancartas o sin ellas, sino el espiritu de lucha que llena los vagones de una fuerza extraña.

Son las 6 pm. La estación Chapultepec es un río de mentes juveniles. Aplausos, gritos de júbilo, de apoyo, de entusiasmo. Brincos, risas y consigna, todo se une en una sola voz que hace retumbar las paredes del tunel de salida.
La gente observa perpleja a la masa estudiantil que desemboca en el paradero de Chapultepec, rodeando la "suavicrema", ese monumento nacido de la corrupción gubernamental, la Estela de Luz, esa construcción polémica se convierte en un faro de reunión para miles de voces que dicen con fuerza, cual rayo estrundoso, cual tambor de guerra, que no nos engañarán más, que no seremos manipulados, que no nos impondrán al PRI ni a su candidato de plástico.



Al ritmo de "¡El que no brinque es Peña!", los contingentes de "pajarillos libertarios" (no se distingue ya si son del Poli o la Ibero) se mueven hacia el huracán estudiantil que grita consignas... "¡Muera Televisa!", "¡Hay que estudiar, hay que estudiar, el que no estudia como Peña va acabar!"...gritan porras de la unión universitaria, huelums lanzados por los pumas y goyas coreados por los polis...Todos somos uno...Todos somos #132...




viernes, 11 de mayo de 2012

New York versus El Zapotito

New York versus El Zapotito de Veronica Musalem es una hermosa pieza teatral que se mueve entre una realidad desoladora y una fantasía sanadora.

El problema de la migración, la falta de oportunidades, la ilusión de una vida mejor, los choques generacionales han causado estragos en las vidas y costumbres de los pueblos. Las familias se desintegran, los hombres se van, las mujeres también, el pasado se convierte en un fantasma que trata de reconciliarse con el espectro del futuro que ofrece mucho, pero a veces no otorga nada.

La propuesta multidisciplinaria enriquecida con música en vivo, pinturas, escenarios interactivos, maquetas, proyectores y videos hacen de la obra una experiencia mágica que te transporta a un punto donde convergen la realidad y la fantasía abriendo heridas pero cerrandolas definitivamente.




Marta Aura, Aída López y Alejandro Benítez hacen un ejercicio actoral completo, lleno de matices que apoyados por los aspectos técnicos se construyen en un escenario complejo. Sobre todo la relación madre e hija.

Ofelia (Aura) es la madre, la tradición, la mexicaneidad, el amor a la tierra, al fortaleza de espíritu que se enfrenta a su hija, la decepción, la tristeza, el odio por los origenes, el idealismo comprado por el dinero y el anzuelo del sueño americano. De esa tirante relación surge un reencuentro inesperado, en un limbo espiritual que las lleva a ambas a la reconciliación.

Movida en las líneas estilísticas de Pedro Páramo de Juan Rulfo, la obra dirigida por Arnaud Charpentier es una delicia visual, emocional y que pone sobre la mesa asuntos delicados para reflexionarlos, gozarlos y encontrarnos con uno mismo.


El voto homosexual...

El voto homosexual es muy importante en estos días, y algunos políticos lo saben.





El pronunciamiento que hizo el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama sobre estar a favor del matrimonio de personas del mismo sexo ha logrado que este tema sea uno de los principales tópicos que decidirá la próxima elección de nuestro vecino del norte ¿Por qué? Por muchos factores.

El primero es sin duda el número de personas influyentes que apoyan su reelección son abiertamente homosexuales.
La segunda, gracias a ello se ha dado una imagen de progresista lo que atraedra a los votantes jovenes
Y tercero ha dejado a su contrincante Mitt Romney como un conservador e intolerante.

En Estados Unidos, aún prevalecen las leyes que prohíben el matrimonio entre homosexuales e incluso la homofobia. Pero en menor medida que en nuestro país, porque mientras allá este será un factor decisivo de obtención de votos, en México significaría una desbandada electoral.

Pese a que Marcelo Ebrard se dio cuenta que el poder y peso de la Comunidad gay en nuestro país, sobre todo en el D.F. , es bastante notoria, los candidatos a la Presidencia de la República se han mostrado evasivos, en contra o tibios al respecto, ni siquiera el candidato de las izquierdas se ha pronunciado a favor por miedo a perder gente.

Y es que en nuestro país el machismo y la discriminación siguen arraigados según la CONAPRED.
Sin embargo, sería indispensable que un candidato de la "izquierda" se pronucniara a favor inmediatamente, pues hay muchos homosexuales en nuestro país que piensan (o más bien consideran) votar por Enrique Peña Nieto o Josefina Vazquez Mota, cuando esos partidos han sido, en parte, responsables del atasco del desarrollo social de nuestro país que incluye una integración de las minorías o en este caso, ya no tan minorías.

En México el voto homosexual debería ser un contrapeso, una fuerza apegada a los principios del desarrollo y el progreso social, no un motivo de incomodidad.


jueves, 10 de mayo de 2012

Días de gracia...no muy agraciados

Días de gracia trata de  hacer una disección de la violencia en nuestro país.
Este fenómeno complejo y común que muchos cineastas mexicanos han retomado para desnudarla y mostrarla como tal en la pantalla grande,no es nada fácil filmar y muchas veces se puede caer en una monotonía visual sin nada nuevo que aportar.




Mundial de fútbol. Ese encuentro deportivo que une la colectividad mexicana es el medidor de tiempo-espacio de una sociedad permeada pro la violencia. Un policía, una familia, dos rehenes y un chico inexperto en al delincuencia, son parte de un todo que se sume en una cultura llena de impunidad y sangre.






El director Everardo Gout quiso echar la casa por la ventana y hacer una cinta emulando el formato que hiciera famosa la dupla Iñarritu-Arriaga con Amores Perros. El señor Gout construyó un guión que pretendía ser complejo,con historias múltiples que chocan en cierto punto.
El resultado fue una medianía fílmica ¿Por qué?, por la única y sencilla razón que no aporta nada a lo que se sabe sobre la violencia en nuestro país. Cae en el lugar común.
Quizá, su mayor mérito sea el presumible (o presuntuoso) manejo de cámaras que hace el director o esos momentos de tensión dignas de un thriller o una película de acción bien estructurada o El escenario del secuestro y la evolución criminal de un policía confundido entre el "deber ser" y "el ser" (Tenoch Huerta bastante notable).
A diferencia de Miss Bala, El Infierno o hasta Ciudades Oscuras, Días de gracia pretende denunciar de una manera mucho más amarilla, que se acerca a la crítica, al vistazo duro y puro, pero que llega al too much y se pierde entre tanto vistazo sin aterrizar ninguno.


No hay duda que  sus múltiples nominaciones a los premios Ariel este año se debieron más como compensación por el filtro de la cinta original a la piratería debido a un descuido de la Academia; pues Días de gracia está lejos de la calidad fílmica mostrada por Miss Bala y su director Gerardo Naranjo.


Días de gracia, es un ejercicio con buenas intenciones, bien hecho hasta cierto punto, pero el guión envuelto en el lugar común le quita cualquier gracilidad a esta historia que aunque logró un lugar en Cannes, no logrará ser un parteaguas nacional.



viernes, 27 de abril de 2012

Nader & Simin: Una separación. Ganar por méritos o por convicción política

Las relaciones humanas son difíciles, complejas e inestables. La ruptura o unión emocional que causan son tan fuertes como las tensiones bélicas entre naciones que por política se amenazan y señalan con dedos acusadores. Eso, en general forma parte del contexto interno y externo de Una Separación.



Nader y Simin han estado 14 años casados y tienen una hija. Un día, tras los deseos de Simin de irse de Irán a buscar una mejor vida, Nader se niega pues su padre tiene Alz Heimmer , ella le pide el divorcio y se va de la casa. Ante esto, Nader contrata a una mujer embarazada para que cuide de su padre mientras él trabaja, pero la entrada de esa mujer a la casa tendrá consecuencias bastante impredecibles.



Desde su estreno en el Festival de Berlín el año pasado, donde se convirtió en la primera película iraní de la historia en ganar el Oso de Oro a Mejor película y a la par llevarse Mejor Actor y Mejor Actriz para sus protagonistas, la cinta de Ashgar Fahani fue alabada por los críticos, considerada obra maestra y ensalzada por la prensa especializada.

 
Posteriormente vino la carrera por el Oscar, la cinta persa partía como la gran favorita y lo confirmó tras arrasar en los premios de la crítica, el Globo de Oro y finalmente se convirtió en la gran triunfadora a Mejor película de Habla no inglesa en la ceremonia de los Premios de la Academia.

Pero ¿Cuál es la razón por la que "A separation" tuvo tanto éxito?
Sólo hay dos respuestas, su incuestionable calidad cinematográfica pero también, el aura política que la rodea.

Nader & Simin es un retrato perfecto de las contradicciones del Irán del siglo XXI. Un país atorado en un conflicto existencial entre la religión, la teocracia, la tecnología, la modernidad y su apertura comercial. Un sin fin de dimes y diretes, de deseos y acciones incompatibles con ellos, de verdades y mentiras a medias en pos del honor y la familia. Un choque fatal entre la obstinación y los sentimientos arraigados. Entre el amor y la incomprensión del mismo. Un excelente retrato de las relaciones humanas. Una descripción ideal del punto medio en que se ha convertido Irán, dividido entre la cultura de Oriente y Occidente.

No por nada el famoso crítico Roger Ebert la nombró como su  favorita del 2011, pues A separation es una película completa, con dirección impecable, actuaciones sólidas, pero sobre todo ese guión que teje los encuentros y desencuentros de los personajes que trasladándolo a un contexto global es un fiel reflejo de cómo se dan las relaciones internacionales.

 Y precisamente en las relaciones internacionales se suscribe la importancia de esta película, que en medio de un conflicto entre Irán y su desarrollo nuclear con las potencias de la OTAN e Israel llevó al director a dar discursos de paz en cada ceremonia donde triunfó su película. Incluso se pensó que perdería el Oscar por razones políticas a favor de su contrincante en la terna, Footnote, que representaba a Israel.

También se dijo que sus múltiples premios en Berlín habían sido una especie de apoyo a los cineastas de iraníes que habían sufrido censuras y encarcelamientos por parte del gobierno de ese país; el mismo Fahani tuvo que pedir disculpas por "agredir" al gobierno.

Los méritos de A separation se pueden advertir en la forma de plasmar las relaciones humanas, familiares y la cotidianidad de su país de una forma imparcial y realista, con toques dramáticos y emotivos, veraces y duros sin caer en el melodrama. Sin embargo, también es un mérito poner en el radar de la cultura global el cine iraní y la cultura de este país, desligado de cualquier prejuicio creado en Occidente, más allá de los conflictos políticos que sólo causan una separación entre pueblos y naciones.




Crónica de un ciudadano

En  2006, año enq ue se efectuaron las elecciones presidenciales más polémicas del México contemporáneo, yo cursaba el último año de mi formación secundaria.

Consumía programas de televisión asiduamente, principalmente de Televisa, desde entonces mi gusto por libros de historia, geografía me llevaba a sintonizar frecuentemente los noticieros de Adela Micha, Brozzo, Denise Marker, Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola. No leía periódicos, estaba inmerzo en las lecturas de novelas de Juan Rulfo, Harry Potter y obras teatrales.

Me gustaba la música pop, más que ninguna otra, escuchaba estaciones comerciales y mi forma de relacionarme con los demás no era de lo más tolerante.

Mi padre, con quien siempre he tenido diferencias sustanciales, anunciaba un día en casa que iba a apoyar a Andrés Manuel López Obrador; en mi familia tal aseveración resultó indignante para una larga tradición priista. Mi madre lo denostó, mi hermana lo increpó y yo hice otro tanto.

Día tras día observar spots de "Un peligro para México", semana tras semana leer libros de hisitoria oficialista y de añejo anti socialismo me ungieron con una idea de temor por la inminente llegada del tabasqueño a la Presidencia.

El día de las elecciones regresabamos de un viaje a Oaxaca, la radio informaba, sorpresivamente que Felipe Calderón, el candidato del PAN, había derrotado por un margen de .56% al candidato de las izquierdas, una euforia del falso ideal politiquero de mi familia estalló, mi padre decepcionado observaba como el sistema de votación del IFE se caía y mi sentimiento anti obradorista florecía de alegría al verlo derrotado. El pueblo de México había rechazado el peligro para nuestro país.


Pasaron los años...llegó el 2009, entré a la Universidad Nacional Autónoma de México en la carrera de Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón. Un nuevo mundo prácticamente, nuevas ideas, nuevas reglas, personas diferentes, profesores más críticos que me hiceron darme cuenta de mi mediocridad autocomplaciente.
Comencé a leer más, libros, ver más películas, mi acercamiento al circuito cultural fue más amplio, cambie la televisión y la radio por los periódicos y las redes de internet. Mi mente despertó de un letargo, del que el tiempo em está cobrando factura pero sin duda me ha liberado.

Hoy son las nuevas elecciones, año 2012, el candidato del PRI Enrique Peña Nieto, un hombre que no puede conectar sujeto, verbo y predicado en una frase sin equivocarse. El puntero y favorito a convertirse en el próximo lider del Ejecutivo apoyado por los emporios televisivos (Televisa y Tv Azteca), el empresariado y todos los seres más infames del país.

Cuando miro a mi alrededor, platico con gente cercana a mi, vecinos, amigos, familiares, que se encuentran en la misma situación que yo hace seis años me doy cuenta de mi desarrollo como ciudadano, pero sobre todo del trabajo que falta por hacer para destrabar una cultura irracional que hace que el país no avance y caigamos siempre en el mismo error.

sábado, 21 de abril de 2012

El listón arcoiris/ V

Estoy a unos metros de Ulises, su asqueroso perfume me llena la nariz de su inmundo y artificial olor. Lo miro nervioso, estoy imprimiendo el croquis del edificio de la ONDH, Ulises con su pantalón de mezclilla y una chamarra de cuero negra se acerca, lleva gafas de sol, sonríe a todos mientras sus zapatos lustrosos suenan, se acerca cada vez más.



- Bueno días Leopardo soltero- me dice maliciosamente, escondo rápidamente la hoja; se pasa de largo con su nauseabundo tufo a Hugo Boss y yo espero a que entre a su oficina para irme a mi lugar.
 Finjo estar atento a la computadora, pero sólo me llega el recado de Víctor desde su móvil, "A las 6", lo miro y asiento afirmativamente, cuento las horas para salir, sólo una.

Son las 4 pm, tengo una hora para llegar a mi casa, salgo sin despedirme de nadie .

Tomo un taxi, llegó a buena hora a mi casa. La sala está vacía, todo lo quemé después del asalto a la casa y la desaparición de Julio y sus demás compañeros. Subo al cuarto, sólo tengo una cobija en el suelo, una maleta, un televisor, y mi ropa, además de un arma bien escondida. Tomo mi chamarra de cuero negro, me la pongo, y meto en ella una Memory Card, mi celular, una navaja y mi smart phone. Me miro al espejo, mi rostro ya no es el mismo, mis ojos lucen apagados, mi cabello se ha vuelto mustio, tengo más arrugas de las que debería y eso que sólo han pasados unos cinco meses desde que se llevaron toda mi vida.

El frío me pega en el rostro, el aire está gélido, las nubes se han tornado púrpuras (dicen que es el color de la muerte), son 10 para las 6, llego a la banca del parque acordado donde un travesti muy bien proporcionado y maquillado me mira, me hace una seña, lo sigo.

Se ha parado en una esquina, su fuerte perfume Hugo Boss me recuerda a Ulises,  busca entre los arbustos y saca una pequeña mochila, me la entrega. La abro, contiene una alarma vibradora y un detonador. El travesti me sonríe con vehemencia, nos despedimos con un "buenas noches" y emprendo nuevamente el camino hacia el edificio de la ONDH.



El recinto de la Organización Nacional de los Derechos Homosexuales era un edifico en forma de lengua, hecho con metal y vidrio, lo coronaban unas letras rojas con las siglas de la organización. En las aceras del edificio había varios árboles frutales, flores, y fuentecillas con hombres desnudos en medio del agua. En una de ellas, está sentado Víctor, y otros dos chicos, uno se me hizo conocido.

Víctor me saluda con la cabeza, lleva puesta una chaqueta de cuero negro, pantalones de mezclilla y fuma un cigarrillo, se nota nervioso,  los otros dos están ataviados con súeteres negros y apestan a loción Hugo Boss. Comienzo a odiar ese perfume.
 - ¿Qué pasó Leo?....mira ellos son Renato y Lucas- Dice atropelladamente Víctor que prende un cigarrillo apenas terminado el otro, los dos chicos lo saludan y reconoce al tal Renato, un joven moreno de cabello largo, a quien había visto en una de las marchas.

- Vámonos y recuerden, si pasa cualquier cosa, aprieten el botón del vibrador de alarma, si uno de nosotros es capturado y no puede dar aviso, entonces haga estallar su detonador, en caso de que todo vaya bien, Leonardo, tienes que darte prisa y darle prioridad a enviar el mensaje viral, si después de 20 minutos no te vemos o no nos ves aquí abajo, después de efectuado el plan, entonces cada quien se va no sin antes hacer estallar las bombas, ¿entendido?- todos afirmamos.

Paso detrás de Víctor, estamos en la entrada del GYM Obelisco, donde las regaderas se convertían en orgías a la menor provocación. Llegamos al elevador color cromo, pisamos los botones, Lucas se queda "pidiendo informes" del gym, los demás subimos.

Tercer piso, tenemos que bajar para tomar otro elevador, cruzamos el cine Gay Shortbus, Víctor compra tres boletos para entrar a la sala de proyección, para poder tener acceso al elevador de mantenimiento. Entramos, una atmósfera pesada y viciada golpea mis sentidos, un olor parecido al del último vagón flota en el aire, miles de siluetas forman corros o tríos, mientras la pantalla gigante muestra escenas de sexo implícito con audio torpedante, rodeamos la sala, pasamos por enfrente donde dos chicos se pelean por felar a un hombre barbudo que ríe ante la riña.

Salimos por la puerta de emergencia, una escalera grisácea se eleva mientras un pequeño elevador negro se encuentra frente a nosotros. Apretamos el botón, el ascensor se detiene, se abre y entramos Víctor y yo, Renato se despide y saca una pistola de su pantalón al tiempo que se pone de lado de la salida de emergencia.

Víctor y yo no hablamos, no nos miramos siquiera, las puertas del ascensor se abren, él sale, yo me dispongo a subir pero me jala.

- Escucha Leonardo, tienes que tener mucho cuidado, esperemos que Renato haya podido desactivar las claves de las puertas desde su computadora, pero si no....
-¿Tú qué harás?
- Tomar mi papel de gay intelectual, hoy en el círculo de literatura discutiremos sobre Oscar Wilde
Le sonrió.
- No creas, no es tan genial, generalmente las discusiones de las obras y análisis literarios de los "mejores autores gays de la historia" se distorsionan y culminan en orgías llenas de drogas recreativas...parece que son afrodisíacos... esto servirá de distracción y acabaré con varios miembros de la ONDH en el acto de la explosión...pero bueno...sólo...cuídate, contamos contigo...tienes veinte minutos- me abraza y desaparece por la puerta de emergencia, yo tomo nuevamente el elevador y subo con el sudor escurriendo por mi espalda.

Llego al último piso, la escalera gris de emergencia casi no se ve, la luz fluorescente de la lámpara desaparece a intervalos irregulares, abro la puerta y miro alrededor, sólo está una sala casi a oscuras, débilmente iluminada por unas lamparillas rojizas.

Camino sigilosamente, la sala es redonda, pero en medio hay una especie de tubo de cristal difuminado, se remarcan las siluetas de unas seis computadoras, el seguro digital de la puerta muestra una lucecita verde, está desactivada, Renato había logrado penetrar el sistema de la ONDH y burlar la seguridad.  Volteo, las cámaras parecen estar apagadas, otro acierto de Renato, aprieto el botón de la puerta y se abre.

Entro a la estancia, que da una sensación extraña de claustrofobia, a no ser por la luz azulada que llega desde arriba del tubo de cristal, las maquinas de alta tecnología están apagadas, la más grande está al centro, la tomo y la enciendo; se activa rápidamente, me pide una contraseña, introduzco la Memory Stick, se desactiva el bloqueo automáticamente tras teclear ENTER.

Aparecen ante mis ojos muchas carpetas, y bingo, encuentro dos que se titulan "CURACIÓN H" y otra que se llama " RECURSO FINAL", los abro, cientos de datos y cables aparecen. Registros, número, datos, nombres, todo aparece, ubicaciones de los centros; doy click en el que se titula Centro Cuernavaca, aparecen nuevos links, selecciono uno al azar, lo abro.

Aparece la foto de un niño, su nombre, edad, lugar de origen, forma en que llegó e historial. Más abajo hay unos seis videos, selecciono otra vez al azar y se reproduce uno. Aparece el niño de la foto, tiene diez años, sus ojos redondos demuestran desesperación y miedo, aprieta los labios, está vestido con una bata blanca, mira hacia la cámara mientras una voz femenina le preguntaba con suavidad ´Y bien Pablito ¿Te gustan los niños?", el niño temblaba "No" respondió tajante mientras se mordía los labios, "¿Estas seguro?, mentir es malo Pablito, ¿Te gustan los niños?", "No", "No nos mientas Pablo, ¿Te gustan los niños?, hablaba otra voz más gruesa, el niño parecía estar aturdido por la metralla de preguntas "No, no me gustan ¿puedo irme ya?", "No pablito, no puedes hasta que respondas con la verdad", "Les estoy diciendo la verdad, no me gustan los niños...no", decía el niño suplicante, "Entonces Pablo, ¿Por qué te enviaron aquí tus papás?", el niño parecía a punto de llorar "No lo sé, no lo sé, me quiero ir a mi casa...", la voz grave volvió a hablar "Pablo, mentir es malo, Dios te castiga si mientes, ahora dinos ¿Por qué jugabas con muñecas?,  es por eso que tus padres te trajeron, ¿Te gusta jugar con muñecas?", el niño derramó unas lagrimas "No, no me gusta jugar con ellas, sólo estaba...aburrido...y mi papá...él...me pegó y no sé porque estoy aquí", dijo el niño soltando un sollozo, "Tranquilo pablito, no te va pasar nada, aquí estas bien, no pasa nada, sólo queremos averiguar si podemos ayudarte por eso te preguntamos ¿te gustan los niños ?", el niño negó con la cabeza mientras lloraba en silencio, "Bien Pablito, no te preocupes, mañana te evaluaremos mejor ¿si?, ya quieres irte a dormir, vete, recuerda rezar antes de dormir y recuerda que tienes que dormir con tu compañerita" dijo la voz dulzona de la mujer, el niño no se movía y preguntó con voz chillante "Puedo irme a mi casa...no me gusta dormir con la niña...", termino el video.

Comencé a copiar y pegar los datos a internet y los subo como correos. Han pasado ya casi los 20 minutos. Tengo que salir de aquí. Escucho un ruido, volteo y saco instintivamente mi navaja, miro alrededor del cristal, no hay sombras. Termino mi trabajo, salgo del tubo  y cierro la puerta.

Un olor a perfume Hugo Boss me llega a la nariz, empuño con fuerza la navaja, no veo a nadie, la estancia parece estar vacía. Camino hacía la puerta de salida, tampoco hay nadie.

-¿Lucas?, ¿Renato?- pregunto suavemente recordando su colonia de aquella tarde, nadie me contesta, Abro la puerta de emergencia, llamo el elevador, espero.
 Una fuerza inusitada se cierne cobre mi cuello, lo aplasta, no puedo respirar, trato de zafarme, lanzo un pinchazo con mi navaja, la mano del agresor me golpea en la muñeca y ésta cae lejos.
 Trato de gritar, no puedo, observo la manga de una chamarra de cuero negro, pateo al agresor, pero este me retiene, está bolseando mi pantalón, me empuja contra el elevador, mi cabeza se estrella, un dolor inmenso me hace perder la vista, trato de incorporarme pero un pie enorme me pisa la cabeza, el pantalón de mezclilla de mi agresor se mancha de sangre caen unas gafas de sol en el piso del elevador, sigo sin ver a mi atacante, sólo escucho una respiración entrecortada, siento el cañón de un arma en mi sien, y una voz conocida truena en mis oídos "Siempre de chismosito eh leopardito", alcanzó mi detonador con mi mano libre, suena un disparo.


El listón arcoiris/ IV

El correo ha llegado. Lo abro excitado, sin importarme que la voz de Ulises resuene cerca de mi cubículo, lo despliego. Es un croquis de la sede de la ONDH, con todo y sus recintos de entretenimiento, restaurantes, gimnasios, en la parte de arriba del edificio había un punto rojo. Era ahí donde tenían que llegar para descubrir a dónde eran enviados hombres y mujeres homosexuales.

Víctor me ve desde su cubículo, le hago una leve seña afirmativa, todo está listo, esta tarde averiguaremos la verdad.

Después de la división con una simple línea de pintura, los excesos del gobierno aparecieron. El uso del transporte colectivo "especial" se redujo a nuestras zonas de convivencia, el uso del metro se nos limitó a ciertas estaciones y siempre usando el último vagón, pero lo más sorpresivo de todo fue la creación de la policía "rosa", promovida por la ONDH; este grupo armado estaba formado por hombres heterosexuales, pues los policías "normales" no podían entrar a la zona, así que un grupo de "valientes" y "voluntarios" fueron cedidos por el gobierno para mantener la seguridad de sus ciudadanos homosexuales.

La verdadera razón de esta medida la descubriríamos más adelante. Un grupo de hombres y mujeres fueron apaleados y encarcelados por promover el terrorismo y destruir la convivencia en la comunidad, pues habían efectuado reuniones secretas donde organizaban una rebelión contra la ONDH y el Gobierno. La Rainbown Network se encargó de lincharlos mediáticamente llamándolos "locos" y "asesinos".

Pasaron un par de meses, y en ese corto lapso, la situación dentro de los "guetos" como les llamaba el señor Fausto, había empeorado. La cantidad de hombres y mujeres infectados por enfermedades (de todo tipo, no sólo ETS) había aumentado de forma considerable; los hospitales no se daban abasto, los medicamentos escaseaban y los alimentos habían subido de precio. La ONDH había creado sesiones de curación espiritual para promover la curación con la mente, pero cuando el número de muertos aumentó, unos 600 en una semana, se prendió la "alerta roja" y la Organización anunció una alianza con el gobierno.

La Alianza por la Salud, fue, según los miembros de la ONDH y los delegados de las áreas rosas, un acuerdo para sacar a los enfermos de las zonas y llevarlos a hospitales.  Pero no todo fue miel sobre hojuelas, algunos radicales gays acusaron al gobierno de infectarnos con "algo", no sabían explicar qué, para matarnos, al parecer, aquel "algo" se encontraba en el agua y en muchas colonias se limitó la distribución de líquido.

Los días iban pasando, y ahora hasta viajar en metro era un martirio, no sólo por el exceso de pasajeros en el último vagón, sino en las miradas de los del "otro lado" del andén. Un día pasé por los cables divisorios y un niño me señaló preguntándole algo a su madre, la  mujer me miró como si hubiera molestado a su hijo, le dijo algo al oído y se alejó del cable muy ofendida.

Todo se iba tornando más difícil. Edmond y Jonathan habían pedido asilo a la embajada de su país, la cual les fue denegada y fue así como nos enteramos que la misma medida aplicada en nuestro país estaba siendo efectuado en varias partes del mundo.

Llegó el cumpleaños de Alex.  Organizamos una fiesta sorpresa para él, pero aquella tarde de septiembre, la sorpresa fue para nosotros. Eran las 8 pm, Alex y Alberto no habían regresado de su trabajo, eso era un poco extraño, Julio les llamaba por celular y no contestaban, todos teníamos una extraña sensación de que algo les había ocurrido. A eso de las 8:35 pm, se abrió la puerta, todos nos levantamos sobresaltados, ni siquiera dijimos feliz cumpleaños, mucho menos al ver aquella escena tan lamentable.

Alberto cargaba a Alex, quien chorreaba de sangre de la nariz, la boca y parecía haber sido atropellado. Alberto estaba pálido y también tenía un golpe en la cara. Ninguno de los dos llevaba la pulsera arcoiris. Sandra corrió por el botiquín, mientras los demás los sujetamos para sentarlos en la sala. Alex parecía casi inconsciente.
-¿Qué pasó? - les pregunté con mi voz quebrada, Alberto se incorporó después de tomar un vaso con agua que le daba Fausto y habló con una voz cargada de ira. Nos relató como él y Alex habían planeado una "aventura" , se quitaron las pulseras y atravesaron sin ser vistos la línea de división, entraron al mundo "heterosexual" y caminaron libremente por un par de horas.
-Lo cual fue suficiente para darnos cuenta de lo que se está haciendo- dijo antes de sorber otro trago de agua. Nos contó como las escuelas no sólo tenían banderas del estado en sus recintos o puertas, sino también cruces e imágenes de santos. Los comerciales y las televisoras promovían a su vez productos sexuales y misas masivas en el Zócalo.
-Pero ¿qué no es eso un poco contradictorio? - preguntó Jonathan.
- Así lo creímos nosotros, hasta que nos dimos cuneta que es un doble juego bien armado, se les venden "pecados", para que consuman de forma desproporcionada y se les inserta un sentimiento de culpa que puede ser aligerado con la religión - dijo Alberto con un tono desdeñoso. Todos estábamos sorprendidos, nadie daba crédito a lo que escuchaba.
El prosiguió diciéndonos que había campañas para "salir del closet" de la ONDH en la zona "buga", pero nos contó algo que nos puso los pelos de punta... "Le llamé a un amigo que vive por Plaza Universidad, me contestó el teléfono muy sorprendido, cuando nos vimos, estaba muy nervioso, pero se animó al ver que no traíamos pulseras, así que nos acompañó un momento a comer en la plaza. Pero cuando llegamos, vimos que se celebraba la premiere de una película que se llamaba Cristopher, para no hacerles el cuento largo, la pinche película se trata de un cabrón muy bondadoso que es como un guía espiritual que ayuda a los chicos a curarse de la homosexualidad".
Sandra parecía horrorizada, Fausto agachó la cabeza, y Jonathan parecía lívido.
Alberto continuó su relato " Lo sé, nosotros quedamos pasmados, sobre todo al ver a uno de los chiquillos actores, tiene una cara de ángel, pero cuando comenzó a hablar de la homosexualidad sólo faltaba que le salieran cuernos, pinchos y dientes de sable, el pobre al parecer está muy lavado del coco, lo peor del asunto, fue que cuando le comentamos lo indignados que estábamos a mi amigo, el pareció más desconcertado y nos dijo que pensaba que habíamos ido a uno de esos hospitales para curarnos, como ya no traíamos pulseras"

- Esto tiene que ser una broma...en pleno siglo XXI- dijo Jonathan y se fue hacía el baño, mientras Edmond lo seguía. Pero Alberto no paró  "Yo me saque de onda, obviamente y le pregunte por ello y dijo que apenas habían abierto centros de curación para homosexuales, y él creyó que yo venía de ahí, cuando se lo negué, me preguntó que de dónde venía entonces, le platique de nuestra escapada y pareció alterarse de nuevo, se excuso diciendo que tenía que irse y nos dejó a la entrada de un metro."

Alex se había dormido,  Rebecca que lo había estado curando se volvió con una mirada tensa "Eso no explica aún cómo terminaron en este estado", Alberto asintió y sus ojos se llenaron de lágrimas de rabia " Regresamos, nos paramos frente a la línea divisoria sin saber qué hacer, nos pusimos las pulseras, seguros de que nadie nos veía, cuando una señora en la acera gritó señalándonos, no sé cómo ocurrió todo, sólo se que media docena de hombres con silbatos corrieron lanzándonos golpes con sus macanas, luchamos, y entramos a la zona, pero notamos que nos perseguían, eran los policías rosas, nos buscaron, pero logré esconderme junto a Alex en un callejón, y esperamos hasta que se fueron, afortunadamente en la calle me encontré con una travesti y me ayudó a traerlo".

Nadie tuvo ganas de festejar, todos nos fuimos a dormir, con la esperanza de despertar de un mal sueño pero  al otro día se convertiría en pesadilla.

Yo estaba en el trabajo cuando me enteré del nuevo brío que había tomado la alianza entre la ONDH y el gobierno. Julio me llamó desde el hospital, donde Rebecca estaba siendo atendida, pues se habían opuesto a que se llevaran a Andrea de su lado; Julio parecía desolado, yo me quede estupefacto cuando escuché que se habían llevado a Andrea, no entendía, pedía explicaciones pero Julio me colgó. Quería correr de inmediato al hospital , pero ese día Ulises estaba de buen humor y nos mandó más trabajo a todos, tuve que esperar.

Cuando llegue al hospital, ellos ya no estaba y resolví volver a casa. En efecto, estaban ahí, pero Rebecca no parecía haber sido atendida, tenía heridas y contusiones en la cara y los brazos. Sandra, sentada a su lado,parecía deshecha, Jonatahan y Edmond trataban de consolarla, mientras Fausto se paseaba por la sala  con una bolsa de hielo en la cabeza,  Alex  lloraba silenciosamente desde una silla; al verme Julio se paró del sillón, me abrazó y me contó lo ocurrido.

A eso de las 10 AM, el gobierno había resuelto retirarles el derecho de paternidad a los homosexuales, pues era una forma de proteger a los niños de las ideas radicales de la comunidad. Sin previo aviso, entraron a muchas casas de las cuales se tenía registro de niños con padres homosexuales y fueron sustraídos por la fuerza. Cuando llegaron a la casa, sólo estaban Fausto, Alex, y Rebecca bañando a Andrea para salir al parque.
Cuando entraron, empujaron la puerta, Fausto que estaba leyendo se sobresaltó, confrontó a los policías a los cuales les pidió una explicación, la  respuesta fue un macanazo en la cabeza que lo dejó inconsciente. Alex que estaba profusamente dormido por el sedante que se le daba para el dolor no escuchó nada.
Rebecca que había oído el alboroto, se asomó desde el baño y justo en ese instante, fue tomada por los cabellos y lanzada a un lado, cuando vio que su niña llorosa era sacada en toalla de la bañera y se la llevaban, gritó, golpeo, arañó con fuerza pero una lluvia de patadas la dejó tirada en el suelo del cual no volvería a levantarse hasta la llegada de Julio, una hora después.

Julio encontró primero a Fausto, lo levantó y lo despertó con alcohol, el anciano parecía muy alterado y no podía articular palabra. Alex ya había despertado cuando Julio pasó asustado a verlo, al ver la cara desencajada de Julio, Alex preguntó, pero él no hizo caso y fue cuando llegó al baño donde un charco de sangre rodeaba a Rebecca. La cargó y la llevó al hospital donde tras una hora y media de espera se le dijo que volviera después pues estaban llenos.Así fue como regresó con ella a casa y trató de curarla, cuando llegó Sandra y se le contó lo ocurrido, se desmayó de la impresión.

Pasaron dos días, Rebecca no mejoraba, Sandra parecía ausente, llegaron noticias de más casos como los de Sandra, incluso Jonathan nos aseguró que habían matado a varios hombres que intentaron defender a sus niños. Nadie quería salir, sobre todo por las ambulancias y sus sirenas, que habían pasado de ser transportes de auxilio a transportes de deportación.
Los camiones de sonidos estridentes y cruces rojas se paseaban por las calles e iban en busca de "enfermos",  aunque nunca especificaban "enfermos de qué", después sabríamos que todos eramos enfermos por ser homosexuales. En la calle, hospitales, casas, eran sacados varios individuos y conducidos a paraderos desconocidos.

El día que conocí a Víctor fue seguramente el más terrible de mi vida. Esa mañana Julio me había suplicado no ir a trabajar, estaba muy asustado por lo ocurrido apenas a unas calles de la casa, cuando policías trataron de llevarse "enfermos" en las ambulancias, tenía miedo. Le prometí que volvería temprano y me fui.
El trabajo estaba como siempre, salvo por el tenso ambiente, los compañeros y yo nos notabamos muy nerviosos. Entré al baño a fumar, me senté, encendí mi cigarro y comencé a sacar humo por la boca. Ni dos minutos pasaron cuando se abrió la puerta del baño y alguien entró al compartimento contiguo, era Víctor, hablaba rápidamente sobre "acciones evasoras".  Yo me incliné un poco para escuchar mejor, hablaba de una "operación", cuando se despidió de su interlocutor Víctor salió, yo muerto de curiosidad abrí mi puerta y salí; Víctor se volvió con unos reflejos gatunos y sacó una navaja, me miró aterrado.
-¿Qué hacías ahí? ¿Qué espiabas?- pregunto exaltado
- A nadie, sólo fumaba - respondí apagando mi cigarro y lanzándolo al cubo de basura.
No parecía muy convencido, pero consciente de que yo observaba su arma, la bajo y guardó.
-¿Por qué llevas un arma?
-Para defenderme
-¿De quién?
- Y todavía preguntas...
-No creo que alguien te haga daño en el edificio
-Eso crees tú
-¿ Crees que Ulises te asesine aquí?
-Él no, el no necesita actuar directamente...ya has visto las ambulancias me imagino
-Claro, pero al parecer es una medida de ayuda
-De ayuda, claro, tanto que ningún enfermo vuelve
-Ulises no tiene nada que ver con las ambulancias, sólo es jefe de los medios...
-En eso tienes razón, no es el jefe, pero si tiene mucho que ver
-¿ Y por eso llevas una navaja?
-Si, por cualquier cosa
- ¿No quieres ir a comer y relajarte un poco?
Una hora más tarde estábamos comiendo en un café y me platicaba sobre la operación que estaban planeando él y su grupo.
-Queremos saber qué están haciendo con nosotros, mi amigo Guillermo habla de exterminio, pero no estoy seguro, no creo que la gente lo apruebe - decía ávido mientras apuraba copa tras copa, su semblante se iba relajando. Después de pasar a contarme un poco de su vida, me insistió en unirme a su grupo y me dio su número de teléfono. Yo lo apunté, me despedí de él diciendo que lo pensaría.

Llegué a casa a las 8 pm, todo estaba en un silencio sepulcral, me daba mala espina tanta tranquilidad, subí las escaleras, todo parecía normal, hasta que abrí  la puerta de la casa. La sala estaba hecha un desastre, había sangre en el piso y las paredes, Fausto con un cuchillo en la mano estaba tendido en el suelo cercano a la cocina con un agujero de bala en la cabeza; más allá Alberto y Alex estaban tendidos boca abajo en un charco de sangre. Subí trastornado por lo que veía, en la recámara Rebecca también estaba muerta con varios impactos de bala. Busqué a Julio, grite, salí corriendo a la calle, grité nuevamente, no había nadie más, se los habían llevado.

jueves, 12 de abril de 2012

El listón arcoiris/ III

Son las 2:40 de la tarde, lo indica el reloj multicolor de la pared. He terminado de revisar estupidez tras estupidez, los ojos me arden. Son casi las tres, sólo tengo que esperar un poco más, el correo llegará en cualquier momento.

Tomo mi termo con té de yerbabuena, lo destapo y doy un sorbo largo, en ese instante pasa Víctor; se nota su nerviosismo tras sus gafas de montura gruesa, se muerde el labio al observarme, él era periodista en un prestigiado diario de circulación nacional, cubría policía, había ganado incluso un Premio Nacional de Periodismo, ahora se encontraba mirandome con ansiedad desde su cubículo, esperando lo mismo que yo. Le sonrío para tranquilizarlo, él también me sonrie, son las 2:50, el momento de la verdad está por llegar, el principio del fin.


Luego del reacomodo de habitantes, las políticas de la ONDH cambiaron de una forma extraña y hasta turbia. Un día por la mañana, llegué a la redacción, tarde como siempre, y me encontré con la novedad de un artículo titulado "Libertad de coito", escrito por Álvaro Ramos, un miembro de la ONDH con severos problemas de peso (y autoestima) quien decía enarbolando orgulloso una bandera arcoiris la nueva "lucha" por el derecho de los homosexuales, bisexuales y lesbianas de tener relaciones sin condón o "cosas que nos impiden el placer", dijo muy seguro de si mismo mientras la mitad de la junta editorial le apluadía como si fuera un héroe. "El VIH y todo eso, son invenciones del gobierno machista para someternos y encasillarnos, todo eso es mental, está hecho para que los homosexuales seamos esclavos de farmacéuticas y para quel gobierno nos tenga fichados", dijo con su voz gangosa tratando de sonar seguro de sí mismo.

No sirvieron de nada las protestas de muchos compañeros, incluido yo, pues Ulises nos enfrentó de una forma bastante grosera, cuando amenazamos con renunciar y hacer una carta de denuncia a Derechos Humanos, se rió con fiereza y nos retó  "Haganlo putitos, pero piensenlo bien, si se van ¿ de qué van a vivir?, aquí el que manda en los medios soy yo, y por mi pueden irse a la chingada y ponerse a vender su culo o irse de estilistas, a ver si les alcanza para pagar sus impuestos y todo lo demás"; todos lo pensamos mejor, callamos y vimos con aberración como se ponía en marcha esta nueva "idea de liberación".

En los días posteriores se hicieron marchas, mítines con pancartas que rezaban "NO AL CONDÓN" o "¿TÚ CREES EN EL VIH?", cientos y cientos de gays aplaudian cuando un orador, supuesto ex- enfermo de SIDA, dijo que los doctores lo daban por muerto, pero que eso era mental, que no se sentía más ofuscado por ser señalado por una enfermedad, provocó gritos de júbilo entre los asistentes. Dos días después, las condoneras de los antros eran arrancadas, cajas enteras de ellos eran lanzados a las calles. Julio y yo estabamos muy preocupados, sobre todo por Ricardo quien había manifestado su simpatía por el "nuevo movimiento", lo cual concluyó en una riña verbal entre él y yo una noche antes del cumpleaños de Sandra. Tan fuerte fue la pelea que Ricardo indignado salío de la casa, y no lo volveríamos a ver.

Pasaron los días y una nueva enmienda nos sorprendió a todos. Todos los antros, cines, restaurantes, clubes, gimnasios, tiendas, librerías, cafeterías, centros comerciales, hoteles, gasolineras, escuelas, etc., conocidas por ser "especializadas" para gays, fueron inmediatamente trasladas a los sectores correspondientes. Hubo quejas, pleitos, algunas consignas contra el gobierno, pero ellos no cedieron; la ONDH nuevamente con su falsa efusividad convenció a todos de que así los gastos para viajar se reducirían y así por fin tendrían su propio espacio, pero lo peor vino después.

El gobierno "confrontó" en los medios de comunicación, en nuestro caso los medios homosexuales, al movimiento del Libre Coito, reclamó la irresponsabilidad de sus dirigentes y criticó las ideas que habían perpetrado ya a la mayoría de la comunidad gay dentro de la ciudady en otras tantas del país como Guadalajara, Monterrey y Veracruz. Se dieron datos sobre el aumento de infectados de VIH en menos de un mes. Los conductores de los noticieros de Rainbown Network criticaron duramente al Secretario de Gobernación y al de Salud, los llamaron mentirosos y llamaron a la comunidad a resistir. Al otro día, no parecía suceder nada, hasta que el cubetazo de agua fría llegó. El gobierno había prohíbido tajantemente a los miembros de la comunidad abanadonar las áreas exlusivas para ellos, con el propósito de evitar la propagación de "esas" ideas y el SIDA dentro de la comunidad heterosexual.

Julio, los demás inquilinos de la casa y yo indignados preparamos carteles de protesta, Don Fausto pese a su edad también estaba dispuesto a participar. Aquel día se congregaron miles de hombres y mujeres homosexuales cerca del ángel de la Independencia, dispuestos a luchar por su derecho a moverse por donde quisieran, hasta que la ONDH intervino.
 Salomón Le Blanc, miembro de la organización, llamó a los asistentes a no caer en provocaciones, y con una voz estridente, muy femenina, gritó en el microfono  "¡No nos importa estar en su pinche lado del mundo, al fin ya tenemos lo que queremos, nuestro porpio espacio, nuestra propia ciudad, no necesitamos de ellos!". Esa reacción desconcertó a muchos, hubo silencio, Salomón al ver que nadie aplaudía agregó a su discurso "¡No necesitamos de los heterosexuales, al fin siempre nos han rechazado, seguiremos viviendo como ciudadanos, pero separados, juntos pero no revueltos, cuantos años de discriminación...".
Después de dos horas de discursos de confontación, apoyados por Rainbown Netwok, bailes y un espectáculo de bailarines, la gente comenzó a creer en todo lo que Salomón decía y muchos empezaron a dispersarse. Un grupo más compacto, entre los que estabamos nosotros, permaneció en silencio, alzamos nuestras pancartas y avanzamos. Muchos se nos quedaron viendo, los miembros del templete de la ONDH nos miraban con perspicacia, bajaron varios de ellos y  nos cerraron el paso.
"´¿Qué creen que hacen compañeros? No deben de hacer esto, no debemos caer en provocaciones", dijo Carlos Solares, un hombre moreno ataviado de ropas "indígenas", cuyos dientes parecían rocas de rio. Eduardo Jones, un joven de 25 años, lo miró con desprecio y le grito "Estamos hartos de sus pendejadas, ustedes no hacen nada por nuestros derechos, esto es homofobia al por mayor, nos están prohibiendo volver con nuestras familias...", un hombre barbudo de unos cincuenta años lo interrumpió "Tu familia es la comunidad, piensa, ellos siempre nos han rechaza...", el joven reviró violentamente "No a todos...no todos hemos sido rechazados, mi madre...mi madre se morirá de tristeza" soltó el llanto, su amigo, Renato le abrazó. Muchos empezamos a avanzar, los hombres del templete se hicieron de lado hasta que bajó Salomón.

Con la mirada crispada nos retó "Adelante, vámos, haganlo ¿ven eso de allá?"señaló un listón arcoiris puesto como una valla y donde algunos hombres pintaban en el suelo resguardados por policías armados. "Eso es la línea divisoria, los policías están ahí, espero sepan lo que les sucederá si cruzan esa línea, no sean tontos, regresen a sus casas, disfruten sus nuevas vida, tenemos nuestra propia comunidad, no hay qué temer", dijo sonriendo forzadamente. Volvimos a nuestras casas.

lunes, 9 de abril de 2012

El show de la crucifixión

O mejor llamado la "pasión de Cristo", es una representación que anualmente se celebra en diversos lugares de México y el mundo, donde hombres y mujeres encarnan a los protagonistas de aquel suceso que marcaría la historia humana, la muerte de Jesús en la cruz.

Cientos de "fieles" se congregan en calles de Iztapalapa, lugar donde se lleva a cabo desde hace más de 100 años la representación de la pasión de cristo.  Mujeres y hombres de todas las edades se postran sobre las vallas metálicas que les impiden interrumpir la puesta en escena que abarca el centro, las calles de algunas colonias de Iztapalapa y el famoso cerro de la estrella.




Puestos de comida, frituras, helados, aguas, propaganda religiosa, y un sin número de creyentes, principalmente hombres, que descalzos, vestidos de morado (color de la muerte), coronados con espinas, arrastran una cruz del tamaño de sus pecados (la mayoría son grandes) hacia el Gólgota capitalino, mientras bocinas y pantallas transmiten lo sucedido más allá en los escenarios, donde Poncio Pilatos con un diálogo casi aprendido condena al vacilante Jesucristo a morir en la cruz.

Polvo, basura, olor a mariguana, se arremolina alrededor de miles de personas ataviadas para la ocasión, jóvenes con cortes mohicanos o el cabello teñido, escapularios de San Judas Tadeo en sus cuellos, algunos incluso bebiendo vasos de cerveza a la espera de la crucifixión.
Judas, el "traidor", se cuelga de un árbol dejando de fuera la lengua como un animal despescuezado, la multitud espera ansiosa el momento del martirio del calvario.
Llega cristo cargando la cruz de más de noventa kilos, seguido por un ángel tieso, los delincuentes que le harán compañía en la muerte y una docena de soldados romanos y vírgenes con parlamentos tan acartonados como el discurso de un padre en domingo. Llega a la punta del cerro, la gente se levanta de su letargo, las cruces del pecado son levantadas, un señor se persigna mientras levanta un crucifijo, un niño llora cuando su madre le explica lo que sucederá a continuación diciéndole "Jesús murió por nuestra culpa".





Jesús de iztapalapa lanza su último suspiro, la gente contiene el aliento, muere en la cruz, una paloma blanca es lanzada a volar, las bocinas rugen ante el llanto incesante de la Virgen María. Casi al instante un tropel de cruces y público comienzan a salir del cerro rumbo a la feria que ofrece juegos, comida y bebidas.

Después de eso, la redención y la culpa, se convierten en una entrada exhaustiva de dinero, la reflexión se transforma en diversión, la culpa se germina para después crear los monstruos de la doble moral, la iglesia hace un festín de manipulación, los medios inflan cual globo aerostática una pasión difusa, los buenos católicos regresan a sus casas.
Cuando le cuento lo visto a mi madre, ella sólo exclama "Si Jesús viviera...eso es una burla, de qué sirve destrozarse los pies, la espalda y cargar una cruz si no reflexionan y caen en lo mismo". Si Jesucristo viviera...moriría  a manos de la Iglesia y de los hombres que tanto recuerdan su muerte...

miércoles, 4 de abril de 2012

El paradójico y "trágico" final de Los juegos del hambre

Los juegos del hambre (The hunger games) Dir. Gary Ross EUA/2012 Reparto: Jeniffer Lawrence, Josh Hutcherson, Woody Harrelson, Stanley Tucci, Liam Hemsworth, Elizabeth Banks, Lenny Kravitz, Alexander Ludwig

Los juegos del hambre es una poderosa crítica a lo que el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa llama la "civilización del espectáculo". Así como lo han hecho otras cintas como Gladiador, El show de Truman, Network: Poder que mata, Tarde de perros o su gemelo literario y fílmico de oriente, Battle Royale. Donde los medios de comunicación idiotizan a las masas, se ponen al servicio del poder para entretener a su público para aligerar su realidad de explotación y vejaciones, los medios como camisa de fuerza a la libertad, los shows mediáticos destruyendo vidas humanas para el goce de otras, dice Vargas Llosa, la banalización y la frivolidad de los males que aquejan al mundo.



Todos los años en las ruinas de lo que era una vez América del Norte, la nación de Panem obliga a cada uno de sus doce distritos a enviar a un chico y a una chica, adolescentes, para competir en Los juegos del hambre. En parte es un entretenimiento rebuscado y en parte es una táctica de intimidación por parte del gobierno. Los juegos del hambre es un evento televisado nacionalmente en el cual los “Tributos” tienen que luchar entre ellos hasta quedar solamente un superviviente. Katniss, una chica del distrito 12 se ofrece como voluntaria en lugar de su hermana y tendrá que sobrevivir demostrando su habilidad e inteligencia.





La historia de Suzzane Collins, quien también fungió como adaptadora de su propia novela, es una historia peligrosa, corrosiva, golpeadora del sistema social basado en el espectáculo para beneplácito y posicionamiento de las clases medias y altas, señala con dedo acusador nuestro pensamiento primitivo revestido de modernidad, pues tal como en Gladiador, las matanzas colectivas, la sangre, los romances falsos, todo funciona para distraer de la realidad a un consumidor ávido de más droga del entretenimiento, pero también para afianzar a los que pertenecen a la esfera de arriba y someten a la de abajo, la política de el pan y el circo tan enarbolado por los romanos.

Pese a que la película no cuenta con un fastuoso trabajo tras las cámaras, y posee algunos sesgos narrativos, la plástica, los decorados, el vestuario y esos momentos rescatados por el guión tan bien trabajados perdonan cualquier falla estructural del filme. Aunado a eso, el reparto de actores jóvenes y veteranos se adueñan a la perfección de las características de sus personajes y logran evitar cualquier bache interpretativo, sobre todo Jeniffer Lawrence, quien tras su nominación al Oscar por Winter´s Bone ha demostrado ser una actriz de alto perfil. Otros dignos de nombrar son Stanley Tucci y Elizabeth Banks como unos presentadores dignos de ser llevados a los programas de Televisa por su desalmada e hipócrita presencia.



Los juegos del hambre es un espectáculo para criticar a la civilización del espectáculo, que trata de hacer reflexionar al público que ya le ha dejado más de 300 millones de dólares en taquilla. Incluso hay una escena donde el personaje de Lawrence conscientiza a los habitantes de un sector tras hacer un acto de verdadera humanidad dentro del show, las reacciones causadas en el público de aquel lugar son casi instantáneas y las consecuencias del despertar de los hombres aparece para enojo de los creados del juego televisado. Sin embargo, la paradoja de esta historia es precisamente ser un huevo de oro comercial cuyo público está actuando justamente como los entes que critica la película.
Más allá del raciocinio, la aparición de  gadgets, videojuegos, ropa, accesorios, juguetes, revistas, etc.  de la película han fomentado un creciente fanatismo de personas (jóvenes en su mayoría) que se sorprenden más por los combates sangrientos, los vestuarios psicodélicos o el "romance" mostrado en pantalla,  y logran parecerse a aquellos que en la cinta, ataviados de formas multicromáticas y estrafalarias, suspiran al ver el "amor" entre los protagonistas o lloran al conocer el sacrificio hecho por Katniss para salvar a su hermana.

Los juegos del hambre no logrará su cometido de fomentar una crítica reflexiva entre el público que ha ido a verla con palomitas y refrescos en mano ¿La razón? ha nacido del mismo huevo que Harry Potter, con contenido, pero etiquetada como literatura y cine "comercial", por lo cual es consumido por olas de individuos encandilados por el show, pero sin entender el trasfondo, y a su vez es señalada como "producto basura", arte digerible, por los incongruentes intelectualoides. Ese será el final de una cinta, de la cual seguramente se adaptarán las dos segundas partes, pero siempre relegada y etiquetada como cine "banal", cuando es todo lo contrario.

sábado, 31 de marzo de 2012

Cuentos...El listón arcoiris /II

He llegado una hora tarde al trabajo. Cruzo rápidamente la puerta de cristal coronada por los colores del arcoiris, derrapo sobre la recepción, un espacio decorado estrafalariamente, con afiches de hombres musculosos, esculturas de figuras extrañas, algunas de forma fálica, los sillones rosados se encuentran vacíos. Corro hacia el elevador gris que desentona con el colorido de la sala, presiono el botón de subir, entro y asciendo solo hasta el piso 48. Se abre la puerta y entro al pasillo, de piso blanco como la nieve, está bordeado por docenas de cubículos atiborrados de posters, fotografías, plantas extravagantes, peluches, estatuillas de formas angulosas y donde mis compañeros escuchan música electrónica o electo-pop de forma indiscreta haciendo gestos o movimientos como si estuvieran bailando en el antro mientras editan o escriben la porquería que Ulises haya pedido para ese día.

Llego a mi cubículo, mucho más sobrio que los de mis vecinos; sólo tengo una fotografía de Julio, unos libros y revistas, una taza llena de plumas y un cuadro de Virginia Woolf. Me siento con pesadumbre y enciendo la computadora, justo en ese momento aparece Gibrán, el molesto asistente de Ulises, un jovencito de no más de veinte años, cuyas gafas de pasta son más grandes que sus mejillas, su cabello rizado esponjado y sus ropas fosforescentes y su andar contoneado me provocan cierto nerviosismo.
-Hola papi, Uli me dice que si puedes revisar los textos de la Noche de Reinas Gay del antro Cat - retumba su voz estridente en mis oídos, se para con excesiva confianza frente a mi mientras se agarra la cadera.
-Ok, Gibrán, en un momento los reviso
-Bien papi, oye, hoy te ves muy guapo eh - se larga diciendo eso, no sin antes verme directo al pubis, yo nervioso comienzo con un trabajo detestable.

Después de elaborar mi carta de queja contra la Cineteca, y publicar en mi columna de VENUS, un texto, basado en mi experiencia en el cine el día anterior,  titulado "¿Es esto diversidad?", donde critiqué la forma de etiquetar zonas, lugares públicos, transportes, tiendas, etc. como exclusivas para gays, pues no fomentaban nuestra inclusión en la sociedad, sino que nos apartaba más de ella. No recibí respuestas de Derechos Humanos ni Gobernación, en lugar de eso mi antiguo jefe, Roberto Campos, me mandó a llamar a su oficina.
 Me recibió con una sonrisa benévola, y sin más preámbulos me dijo en un tono gélido "interesante crítica la que hiciste ayer", yo no sabía que responder, su sonrisa me imposibilitaba de averiguar sus verdaderas intenciones, se levantó de su silla móvil, me miró sin dejar esa mueca de falsa efusividad y me dijo "sacaremos una nueva publicación, una revista exclusivamente para la comunidad gay, tenemos el apoyo de Gobernación y otras instituciones, y pues yo quería ofrecerte un empleo en ella, pero al parecer, no sé...tu crítica...", guardó silencio esperando una respuesta mía, yo no sabía qué decir, parecía una invitación sincera, trabajar como editor de una nueva revista y sobre todo de ese tipo podía generarme buenos ingresos; él pareció percatarse de mi vacilación y usó un argumento contra el cual no me pude defender en ese momento, "No creo que vayas a desaprovechar una oportunidad como esta sólo por un berrinche, tu y yo sabemos que estás exagerando las cosas", no pude repelar.
 En menos de una semana había pasado de ser un columnista y periodista a corrector de ortografía de una revista de cultura gay. Aún ignorante de mi destino laboral, di la noticia a Julio con aire entusiasta, él me celebró una pequeña fiesta por mi supuesto ascenso, y aunque los primeros días en mi nuevo trabajo resultaron gratificantes, pues iba conociendo a mis nuevos compañeros, tomé posesión de mi cubículo y me preparé para lo siguiente. Una semana más tarde, me di cuenta del error.

En la reunión de la primera edición, nos presentaron a Ulises Mayorga, el mismo cuarentón que había hecho la fiesta con muchachos para celebrar la nueva norma de convivencia. Su cuerpo robusto, su cabello lacio, su barba y bigote, sus ojitos mezquinos, su perfume Hugo Boss, su pose varonil dominaba la estancia. Yo lo miré intrigado, sospechaba de esa sonrisa picarona, de pronto, todo mi ser se hundió en cuanto su discurso comenzó. En pocas palabras explicó la línea editorial, enfocada a moda, antros, música, sexo y restaurantes, todo en órbita a la comunidad gay, cuando osé preguntarle sobre un apartado cultural su risa tronó tan fuerte que resultó intimidante, "No jodas, eso no vende ¿ cómo te llamas? " lo miré horrorizado, supongo que se notó en mi rostro, porque río aún más fuerte " ¿Cómo te llamas?, dime" , le respondí lo más serenamente posible "Me llamo Leonardo", me miro burlón y añadió "Pues mira Leonardo, esas chingaderas de cultura y eso, pues aquí no van, no venden, aca sólo hablarás de sexo y fiestas ¿cómo ves?" , le sostuve la mirada y le respondí "Pues veo que está usted en un error, habemos homosexuales que tenemos gusto por el arte y la cultura, creo que su visión es muy pobre y nada inclusiva si esto se trata de crear la gaceta oficial de la comunidad", esperé su reacción, no dejó de mirarme y luego lanzó una frase contundente y peligrosa, "Pues ya veremos donde te ponemos".

La vida para los que usamos el listón arcoiris en nuestras muñecas comenzó a  cambiar. En menos de un año se volvió a hacer una reforma de convivencia, esta vez mucho más incomoda, "...de 10 a 25 personas por departamento", rezaba la orden girada por Gobernación y la ONDH. La molestia se extendió por todos los propietarios de casa, hubo reclamos, junta de firmas, protestas, pero pronto fueron cesadas por una campaña de la ONDH donde tachaba a los inconformes como "negativos" y "egoístas", pues no querían convivir ni aportar a la armonía de la Comunidad gay; no fue tanto eso, sino las amenazas de castigos fiscales lo cual nos hizo replantearnos nuestro descontento.
 Tres días antes de que se venciera el plazo para incluir y registrar a las nuevas personas, fueran homosexuales, transexuales, bisexuales o travestís, a nuestro hogar, hicimos una junta con algunos vecinos del edificio y conocidos. Y decidimos, que como mi casa era más grande, se mudaran a ella, todos aceptaron.

Vinieron a vivir con nosotros unas vecinas, Sandra y Rebecca, ambas veterinarias cuya hija, Andrea,  tenía unos ocho años de edad; Jonathan y Edmond, canadienses ambos, nacionalizados, Jonathan era diseñador gráfico y Edmond cheff en un restaurante no lejos de allí, y Fausto, un hombre de sesenta años, historiador, viudo y con una gata llamada "Chelsea". Eramos doce, junto con la gata, en total en mi casa.
Nos acomodamos como pudimos, nuestra recamara fue cedida a Sandra, Rebecca y su hija. Nuestra sala también fue adaptada Edmond, Jonathan y Fausto, los cuales dormirían ahí. Mientras Ricardo, Alex y Alberto ocuparon un solo cuarto, Julio y yo ocupamos el más pequeño. Fuimos registrados por la ONDH y posteriormente todo parecía  estar tranquilo.

Pero en vísperas de Navidad nos darían nuevas sorpresas. Cerca a las fechas navideñas, las tiendas de la zona rebosaban de artículos, esferas, luces, todo para la cena, pero el regalo del santa claus del gobierno nos tomaría con irritación a algunos y sin cuidado a otros. Se creó la radio, televisión y web exclusiva para gays y lesbianas; Arcoiris Network , se inauguró el 23 de diciembre en la Zona Rosa, fueron contratados varios empleados de la revista de la comunidad y el jefe de la nueva empresa era un político "progresista" llamado Jorge Fierro.
Nunca creímos lo que pasaría después; en plena navidad, durante la cena que Edmond había tenido la amabilidad de preparar, nos quedamos con la boca abierta al notar que no teníamos canales en nuestro paquete más que dos, justamente de Arcoiris Network, mientras en Internet había un bloqueo contra muchas páginas , ahora sólo abrían Arcoiris web, otras de pornografía y chats. Lo mismo en la radio. Nos habían restringido los medios. El mismo 25 de diciembre, un grupo extenso de indignados fueron a marchar frente a Gobernación y la ONDH, sin embargo, justo ese día, se organizaron fiestas por parte de la nueva empresa comunicativa en los antros más famosos de la ciudad, exclusivo para gays. La protesta quedó deslucida.
Así pasaron los días, fue año nuevo, nuevas fiestas, nuevas celebraciones y aunque se organizaron otras marchas, la ONDH afirmó que los canales y accesos a páginas de Internet regresarían justo el primer día del año. No sucedió, pero al parecer tampoco les importó a la gran mayoría de los habitantes de las zonas únicas para la comunidad, se habían identificado rápido con los nuevos medios sólo para ellos, sin nada de "moralinas" e historias de "puros heteros", decía Ulises mientras sonreía bonachón en una de las tantas reuniones editoriales.
Un día, caminando, me encontré a Fausto bajando de un transporte rosa, lo salude y caminamos juntos hasta la casa. Parecía compungido, así que lo cuestione sobre su estado de ánimo, él se detuvo y miró hacia el cielo con amargura y me contó lo que le había sucedido "Fui a una librería del centro, me negaron la entrada por portar esto", señaló la pulsera multicolor, me quedé mudo ante su revelación, enfadado le respondí "Quéjese Don Fausto, nada se solucionará si no nos quejamos de todo esto, eso es discriminar, eso no se vale en pleno Siglo XXI, ¿por qué según le negaron la entrada?", Fausto sonrió fríamente y me contestó con voz apagada "Que porque existen librerías exclusivas para gays, y no podían violar la normatividad al quitarle la clientela a una librería especializada", solté una carcajada involuntaria, fue de enojo, "Puras pendejadas Don Fausto, eso es una chingadera, pero ya ve, si nos quejamos es porque somos mal agradecidos o no sabemos convivir, según ellos...cuando a mi no me quisieron dar pase al cine, dicen que exageré, pero no fue así", Fausto empezó a caminar de nuevo, su andar cabizbajo producía un cuadro deprimente, pese a lo soleado del día, sin detenerse, soltó un suspiro y me advirtió "Esto se pondrá peor Leonardo, antes fueron los judíos, los indios, los negros...ahora nos están encerrando, nos acorralan...", yo no dije nada, sólo pensé que ojalá el viejo historiador se estuviera equivocando.