viernes, 10 de febrero de 2012

Ajedrez de espías

El espía que sabía demasiado (Tinker, Tailor, Soldier, Spy) Dir. Thomas Alfredson Inglaterra/2011 Reparto: Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, Benedict Cumbertbach
Música: Alberto Iglesias  Guión: Bridget O´Coonor, Peter Straughan  Fotografía: Hoyte Van Hoytema


La Guerra Fría, una de las etapas en la historia de la humanidad que se caracterizó por la tirante relación entre los países capitalistas y socialistas. Siempre bajo la sospecha y paranoia de un ataque militar, las naciones crearon sistemas de inteligencia y redes de espionaje mucho más avanzados que los desplegados en la Segunda Guerra Mundial. Cualquier indicio de filtro informativo era investigado con fiereza y al desdichado “soplón” se le acababa la vida al ser descubierto.

Gary Oldman fue nominado al Oscar por primera vez gracias a su rol de Smiley



 George Smiley, un experto y retirado espía, es solicitado por el servicio secreto británico para investigar la posible existencia de un “topo” en la cúpula de mando. En plena Guerra Fría (años 70), Smiley tendrá que ingeniárselas para descubrir al traidor en medio de una baraña de agentes y espías enemigos.







Thomas Alfredson, quien llevó con éxito a la pantalla la historia vampírica de Déjame entrar (2008), es el encargado de adaptar una historia de espías de Jhon Le Carré y su personaje legendario, el cerebral George Smiley.

Rodar una película de espías con un estilo retro (fotografía grisácea, dirección de arte de mediados del siglo XX, música intrigante) es atípico en estos tiempos plagados de cintas con efectos computalizados e historias vacías.
El sueco logra plasmar con maestría un juego de persecución. Meterse a un pantano lleno de cocodrilos es difícil y manejar el tono adecuado, discrecional y hasta cierto punto literario, lo es aún más, sin embargo, el autor escandinavo reafirma su estilo lleno de paranoia y misterio.

George Smiley, retirado por errores técnicos en una operación, es parte de un duelo entre el Servicio Secreto Británico y la KGB. Él es la reina, la pieza mayor, el  único con el poder de moverse por distintos sitios y sacar de la jugada a las piezas inconvenientes para la victoria. Tendrá que dar jacque mate al adversario, en medio de una formación de agentes cuyo color, blanco o negro, ya no se distingue. Atrapar al topo, al infiltrado, el que tiene una dualidad de bandos será la culminación de una operación ejecutada con cautela.
La actuación del prolífico Gary Oldman como Smiley, le ha redituado su primer nominación a Mejor Actor en los premios de la Academia, luego de haber sido ignorado por décadas. Sus gestos, su voz, esa mirada penetrante... Oldman encarna al espía británico, convirtiendose en él y dandole un toque actoral exacto.

Alfiles, torres, caballos, peones, reyes....son interpretados por un reparto de consolidados y otros nuevos talentos ingleses. John Hurt, Colin Firth, Benedict Cumbertbach, Tom Hardy, Toby Jones y Mark Strong complementan el tablero, cada uno en su casilla, moviendose de acuerdo a sus personajes, claves para el desarrollo del juego.


Sentarte a ver esta película ( nominada a tres premios de la academia; actor protagónico, guión adaptado y banda sonora) requiere de paciencia, observación. Se debe gozar la cinta, pero sobre todo, las intrigas provocadas por una histeria bipolar del poder.



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