viernes, 27 de abril de 2012

Nader & Simin: Una separación. Ganar por méritos o por convicción política

Las relaciones humanas son difíciles, complejas e inestables. La ruptura o unión emocional que causan son tan fuertes como las tensiones bélicas entre naciones que por política se amenazan y señalan con dedos acusadores. Eso, en general forma parte del contexto interno y externo de Una Separación.



Nader y Simin han estado 14 años casados y tienen una hija. Un día, tras los deseos de Simin de irse de Irán a buscar una mejor vida, Nader se niega pues su padre tiene Alz Heimmer , ella le pide el divorcio y se va de la casa. Ante esto, Nader contrata a una mujer embarazada para que cuide de su padre mientras él trabaja, pero la entrada de esa mujer a la casa tendrá consecuencias bastante impredecibles.



Desde su estreno en el Festival de Berlín el año pasado, donde se convirtió en la primera película iraní de la historia en ganar el Oso de Oro a Mejor película y a la par llevarse Mejor Actor y Mejor Actriz para sus protagonistas, la cinta de Ashgar Fahani fue alabada por los críticos, considerada obra maestra y ensalzada por la prensa especializada.

 
Posteriormente vino la carrera por el Oscar, la cinta persa partía como la gran favorita y lo confirmó tras arrasar en los premios de la crítica, el Globo de Oro y finalmente se convirtió en la gran triunfadora a Mejor película de Habla no inglesa en la ceremonia de los Premios de la Academia.

Pero ¿Cuál es la razón por la que "A separation" tuvo tanto éxito?
Sólo hay dos respuestas, su incuestionable calidad cinematográfica pero también, el aura política que la rodea.

Nader & Simin es un retrato perfecto de las contradicciones del Irán del siglo XXI. Un país atorado en un conflicto existencial entre la religión, la teocracia, la tecnología, la modernidad y su apertura comercial. Un sin fin de dimes y diretes, de deseos y acciones incompatibles con ellos, de verdades y mentiras a medias en pos del honor y la familia. Un choque fatal entre la obstinación y los sentimientos arraigados. Entre el amor y la incomprensión del mismo. Un excelente retrato de las relaciones humanas. Una descripción ideal del punto medio en que se ha convertido Irán, dividido entre la cultura de Oriente y Occidente.

No por nada el famoso crítico Roger Ebert la nombró como su  favorita del 2011, pues A separation es una película completa, con dirección impecable, actuaciones sólidas, pero sobre todo ese guión que teje los encuentros y desencuentros de los personajes que trasladándolo a un contexto global es un fiel reflejo de cómo se dan las relaciones internacionales.

 Y precisamente en las relaciones internacionales se suscribe la importancia de esta película, que en medio de un conflicto entre Irán y su desarrollo nuclear con las potencias de la OTAN e Israel llevó al director a dar discursos de paz en cada ceremonia donde triunfó su película. Incluso se pensó que perdería el Oscar por razones políticas a favor de su contrincante en la terna, Footnote, que representaba a Israel.

También se dijo que sus múltiples premios en Berlín habían sido una especie de apoyo a los cineastas de iraníes que habían sufrido censuras y encarcelamientos por parte del gobierno de ese país; el mismo Fahani tuvo que pedir disculpas por "agredir" al gobierno.

Los méritos de A separation se pueden advertir en la forma de plasmar las relaciones humanas, familiares y la cotidianidad de su país de una forma imparcial y realista, con toques dramáticos y emotivos, veraces y duros sin caer en el melodrama. Sin embargo, también es un mérito poner en el radar de la cultura global el cine iraní y la cultura de este país, desligado de cualquier prejuicio creado en Occidente, más allá de los conflictos políticos que sólo causan una separación entre pueblos y naciones.




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