jueves, 15 de marzo de 2012

Eros & Tánatos: Una historia de amor

Harold & Moude Dir. Hal Ashby EUA/1971 Reparto: Ruth Gordon, Bud Cort, Vivian Pickles

Una persona baja las escaleras, sólo se ven sus pies, después vemos como escribe una nota, camina lentamente hacia una mesa y enciende unas velas, podemos ver al fin un rostro juvenil, casi infantil, vuelve a caminar, la escena resulta un tanto intrigante, de pronto, sin esperarlo, el joven se cuelga.


Una rutina hecha por Harold, fingir un suicidio, una sirena muda  que pide a los cuatro vientos la atención de una madre indiferente más interesada en su vida social que en su hijo. 
Cómo vivir y morir son los hilos conductores de esta comedia negra que saca ámpulas con sus diálogos y escenas, las cuales bombardean con críticas mordaces a la sociedad y sus esquemáticas formas de ver la vida, la muerte y el amor.


Un joven rico llamado Harold (Bud Cort)  obsesionado con la muerte practica  el falso suicidio  y acude por pasatiempo a funerales. Un día conoce a una mujer peculiar de 80 años llamada Moude (Ruth Gordon), quien le cambiará la forma de ver la vida y la muerte.
Harold, un muchacho de rostro cadavérico,piel mortecina,  ha estado a punto de morir en una explosión en su laboratorio escolar, cuando su madre es avisada, ella desmaya y demuestra el lado compungido de una madre al perder a su hijo, el "amor" por su vástago. 
La muerte es ese fin tétrico e infeliz donde todas las emociones no demostradas en vida surgen como una fuente, Harold lo sabe y por eso desea morir, la muerte convertida en una regla social, pues con ella se erige un sin fin de condolencias y rituales de despedida evocando la terrible pérdida del ser querido que muchas veces en vida no es tratado ni por asomo con afecto. Esa destino macabro y desconocido, tan temido,  sin embargo, es usado para imponer el modelo cultural (el Ejército y la Iglesia se sirven de él para imponer su poderío) .  La única manera en que Harold puede conseguir esa luz de azaroso afecto sólo presente en los funerales, es suicidándose, pero sin quererlo realmente, recreando teatralmente su propia muerte. Así pues el suicidio se convierte en una vía de "honor" o "escape", según las convenciones sociales, Harakiri para los samurais, hartazgo para aquellos decepcionados con la vida.
Moude, en cambio, a sus ochenta años, demuestra una vitalidad y sabiduría que prenden a Harold y le dan un vuelco a sus pretenciones suicidas. Ella desprende un total desapego por lo material y las normas sociales.  Su filosofía traspasa los límites de las convenciones del significado de la muerte y el suicidio, ella es libre, un girasol que sigue la luz pese a la oscuridad que se empeña en cubrir el sol. Ella ama existir pero no le teme a la muerte.

El amor entre los dos personajes surge pues, de manera casi instantánea, muerte y vida, Tánatos y Eros, Harold y Moude, se unen en una fraternal y feliz conjunción donde ni el rigor militar, la doble moral religiosa, el complejo discurso científico ni la moral de la burguesía puede tener cabida. 
 “Debemos celebrar los funerales como los nacimientos”, dice Moude, pues con ello se festeja la unión del círculo vital, la armonía entre éstos dos formas de existir de los seres humanos. La vida y la muerte, una pareja indisoluble que escapa de cualquier convención social.

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